
El 22 de diciembre de 1963, apenas un mes después del trágico asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, la ciudad de Miraflores se convirtió en escenario de un hecho histórico: la inauguración del primer monumento en el mundo dedicado a su memoria. Este homenaje, ubicado en el corazón del distrito limeño, no solo recuerda la figura de un líder que marcó la política internacional, sino que también simboliza los valores universales de igualdad, justicia y progreso que inspiraron su legado.
El monumento, rodeado de áreas verdes y transitado por miles de limeños y visitantes cada año, se erige como un espacio de reflexión y encuentro. Su diseño sencillo pero imponente busca transmitir la esencia de Kennedy: un líder joven, visionario y comprometido con la paz y el desarrollo.
Más allá de su valor histórico, este lugar se ha convertido en un punto emblemático para la ciudadanía, donde se realizan actos conmemorativos y actividades culturales que refuerzan la relación entre Perú y Estados Unidos. La decisión de erigir este monumento en Lima fue un gesto de solidaridad internacional y un reconocimiento al impacto global de las ideas de Kennedy, que trascendieron fronteras y continúan inspirando generaciones.
Hoy, más de seis décadas después, el Monumento a John F. Kennedy en Miraflores sigue siendo un recordatorio de que los ideales de libertad y progreso son atemporales, y que la memoria de quienes lucharon por ellos merece ser preservada.