Alberto Fujimori murió en libertad y con una pensión vitalicia de S/15 600. Una cifra otorgada, a pesar de que no le correspondía por contar con una acusación constitucional y una sentencia por violaciones de derechos humanos. Una mensualidad del Estado que, aún después de la muerte del exdictador, podría continuar beneficiando a las personas vinculadas a él.
No se trata de Keiko ni Kenji Fujimori. Tampoco de Hiro ni Sachi. Muchos menos de su difunta esposa Susana Higuchi. La persona que podría reclamar la pensión vitalicia del culpable de las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, no ha asistido a su velorio y puede que ni siquiera se encuentre en Perú. De hecho, poco se sabe sobre su vida.
Se trata de Satomi Kataoki, la segunda esposa de Alberto Fujimori. Tanto la biografía de esta persona como los detalles de su relación con el exdictador son una incógnita.
Satomi Kataoka: empresaria y de extrema derecha
Para ello, La República contactó al investigador, escritor y abogado José Alejandro Godoy, quien brindó detalles acerca de quién fue la persona con la que Fujimori contrajo segundas nupcias y qué proceso debería seguir para ser beneficiaria de la pensión vitalicia.
“En el año 2006, cuando el señor estaba en pleno proceso de extradición a Japón, se casa con un poder notarial con una señorita llamada Satomi Kataoka, una empresaria japonesa dedicada al rubro hotelero y ligada a círculos de extrema derecha en Japón, que fueron quienes de una u otra manera cobijaron al señor Fujimori en esos cinco años de su estancia en ese país”, indica Godoy.
De acuerdo con sus estudios, a partir del año 2003 y 2004, se veía a Fujimori y Kataoka juntos, “pero no con expresiones de cariño como se verían en un contexto latinoamericano”. “No sabemos si hubo una relación de cariño, admiración antes que otra cosa”, indica.
Lo cierto es que, con cariño o sin él, el exdictador y la empresaria hotelera se casaron en el 2006 por medio de un matrimonio de poderes, es decir, Fujimori no se encontraba presente en el momento de la boda. “La legislación japonesa permitía que las personas podían contraer nupcias por medio de un representante notarial”, explica el investigador.
¿Matrimonio vigente?
Y si la información sobre la boda es escasa, lo que siguió después de ella es nulo. Así lo explica el abogado Godoy: “En un momento de la campaña del 2006 ella estuvo presente, desde allí nunca más ha vuelto a tener apariciones públicas. La ultima vez que se supo de ella fue cuando apareció expresando su descontento por la sentencia contra Fujimori en el 2009. De ahí en adelante no se ha tenido conocimiento de la relación real entre Kataoka y Fujimori y si ese matrimonio fue disuelto en la japón o si se mantiene porque no se sabe si ellos mantenían algún tipo de vinculo en los últimos años…tenemos que considerar que él estuvo preso”.
Ahora, ¿cómo se puede saber si el matrimonio continúa vigente? “Viéndolo en el registro civil japonés porque aparentemente ese matrimonio no se inscribió en el Perú. Recordemos que Fujimori aparecía en su DNI como “D”, es decir, Divorciado. Si el matrimonio no ha sido inscrito en el Perú, la única forma en la que la señora Kataoka pueda reclamar sus derechos es con una partida de matrimonio…si es que también desea reclamarlos”, responde el investigador.
Para esto, según explica, se tiene que hacer todo el trámite correspondiente, que implica traducción, legalización, apostillado y demás trámites de ley.
“La familia Fujimori no ha dado ningún tipo de información al respecto. En en el 2008, ella confesó que la relación matrimonial se dio para tratar de ayudarlo a evitar el proceso de extradición”, finaliza el abogado.