
La Fiesta de San Martín de Porres se celebró con gran devoción en todo el Perú, convirtiéndose en una jornada de reflexión y solidaridad que reunió a miles de fieles en templos, calles y plazas. Este santo limeño, reconocido mundialmente como símbolo de humildad, justicia social y fraternidad, es considerado patrono de la paz y la igualdad, valores que hoy cobran especial relevancia en la sociedad peruana. Su legado trasciende las fronteras religiosas, inspirando a personas de todas las edades y condiciones a practicar la empatía y el servicio desinteresado hacia los más vulnerables.
Durante la celebración, se realizaron misas solemnes en las principales iglesias del país, acompañadas de procesiones multitudinarias que recorrieron barrios y avenidas, llevando consigo imágenes y reliquias del santo. Además, se organizaron actividades benéficas como campañas de donación de alimentos, jornadas médicas gratuitas y programas de apoyo a comunidades en situación de pobreza, reforzando el espíritu de unión y esperanza. Instituciones educativas, parroquias y organizaciones sociales aprovecharon la fecha para promover valores de inclusión, respeto y tolerancia, recordando que San Martín dedicó su vida a tender puentes entre culturas y clases sociales, sin distinción de raza ni condición económica.
Esta conmemoración no solo honra la fe, sino que también impulsa acciones concretas que fortalecen la cohesión social y la solidaridad en tiempos de desafíos. El ejemplo de San Martín de Porres sigue siendo un faro de luz para quienes buscan construir un país más justo, humano y fraterno, donde la ayuda mutua y la paz sean pilares fundamentales del desarrollo.