La NASA ha acelerado sus planes para instalar un reactor nuclear en la Luna antes de 2030, con el objetivo de convertirse en el primer país en lograrlo
El anuncio fue realizado por Sean Duffy, administrador interino de la agencia, quien explicó que el proyecto busca desarrollar un sistema compacto y liviano capaz de generar 100 kilovatios de energía, el doble de lo previsto inicialmente, con el fin de abastecer futuras bases lunares y servir como prototipo para misiones en Marte.
Este avance es clave para el Programa Artemis, que pretende llevar nuevamente astronautas a la superficie lunar y establecer una o más bases permanentes. La energía nuclear por fisión ha sido elegida por encima de la solar debido a que las noches lunares duran casi 14 días terrestres, lo que hace inviable depender exclusivamente de paneles solares; un sistema de 40 kW ya podría abastecer unos 30 hogares durante 10 años
La NASA aspira ahora a más del doble de esa capacidad. La decisión se enmarca en un contexto de creciente competencia espacial, con China y Rusia desarrollando sus propios reactores lunares, y responde a preocupaciones estratégicas: el país que logre instalar primero el sistema podría imponer restricciones de acceso a ciertas zonas. Duffy ha ordenado que en los próximos 30 días se nombre un responsable del proyecto y en un máximo de 60 días se emita la convocatoria oficial para recibir propuestas de la industria.
Pese al entusiasmo, expertos advierten que el plazo es ambicioso y conlleva retos técnicos significativos, como la disipación de calor en el vacío, la protección frente al polvo lunar y el manejo seguro del material nuclear en el lanzamiento. Sin embargo, otros especialistas sostienen que con el financiamiento y la voluntad política adecuados, la meta de 2030 es alcanzable, lo que abriría la puerta a una presencia humana sostenida en la Luna y, eventualmente, en Marte.