Un estudio realizado por Grade para la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) Perú revela que 7 de cada 10 viviendas en el país son autoconstruidas, desarrolladas de manera progresiva a lo largo del tiempo y sin cumplir con todos los requisitos y normas vigentes de edificación.
El informe señala que el proceso de autoconstrucción, desde la adquisición y ocupación del predio hasta la culminación de la vivienda, puede tardar un promedio de 16 años. Durante este periodo, las familias pasan cerca de 8 años viviendo en condiciones extremadamente precarias y otros 8 años en una vivienda en constante construcción. Esta forma de edificación tiende a ser deficiente en el 80% de los casos, ya que no sigue las buenas prácticas constructivas ni la regulación, lo que genera una alta incertidumbre sobre la calidad final de las viviendas y las hace especialmente vulnerables a los sismos.
A pesar de que podría pensarse que la autoconstrucción es una alternativa más económica, el estudio concluye que los costos por metro cuadrado son un 33% más altos que los de la construcción convencional. Además, este tipo de edificación no es apoyado por el sector formal: solo el 2% de los hogares accede a un crédito con garantía hipotecaria, mientras que el 75% restante depende de sus propios ahorros.
Otro punto crítico es la falta de control y soporte por parte de las municipalidades, que no supervisan ni brindan asistencia en los procesos de autoconstrucción. La inversión promedio de las familias en este tipo de edificación asciende a S/190 mil, de los cuales S/44 mil se destinan al terreno y S/146 mil a la construcción.
Este informe de ADI resalta las dificultades y los riesgos asociados con la autoconstrucción en nuestro país, un fenómeno que afecta a una gran parte de la población y que requiere de una atención urgente por parte de las autoridades y del sector formal de la construcción para mejorar las condiciones de vida y la seguridad de las viviendas.