Es una paradoja que, mientras el Perú se desangra en la división impulsada por el desgobierno de Dina Boluarte, sus socios del Congreso de la República y sus ex camaradas de extrema izquierda, la propia Boluarte haya podido anunciar como un logro excepcional de la cumbre de la APEC el consenso obtenido para promover la formalización económica y crear un área de libre comercio entre los países de la cuenca del Pacífico.
¡Enhorabuena! Pero uno de los problemas centrales es que el próximo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump —Biden vino a Lima a despedirse— es un aislacionista que ha anunciado estentóreamente que subirá los aranceles de importación en su país, especialmente para los productos procedentes de China (ya Biden lo había hecho con los autos eléctricos de ese país, considerando que hay dumping, como también lo ha dictaminado la Unión Europea).
El problema fundamental es la sobreindustrialización china: no menos del 40 por ciento de la economía de esa nación está manejada por el Estado —léase el Partido Comunista— con políticas de expansión que no necesariamente coinciden con el crecimiento del mercado y que generan la imperiosa necesidad de colocar su producción en el extranjero. No es por casualidad que alrededor de 7 mil vehículos chinos han aperturado la importación en el flamante puerto de Chancay que, dicho sea de paso, se afirma que son de excelente calidad, lo cual no le debe gustar mucho al flamante asesor de Trump, Elon Musk, el rey del auto eléctrico (aunque también los produce parcialmente en China).
La guerra comercial entre EE.UU. y China, las dos potencias más grandes del mundo, se va a disparar con la llegada de Trump al poder, lo cual torna inviable el anuncio de la señora Boluarte sobre el área de libre comercio en la cuenca del Pacífico y nos coloca en forma dilemática frente al problema de cómo formalizar nuestras economías: esa fórmula tendría, en el Perú, que iniciarse formalizando en Palacio de Gobierno la recepción de relojes Rolex “prestados” y de vestidos regalados por el wayki predilecto de la Jefa del Estado.
Mientras el Estado peruano siga en manos de personajes corruptos e incompetentes, los beneficios que puedan emerger de foros como la APEC serán prácticamente nulos, pese a los saraos, los despliegues de barcos en Chorrillos y de fuerzas policiales en las zonas de alojamiento de los visitantes y, ciertamente, los discursitos que cuidadosamente transmite la señora Boluarte sin analizar siquiera su contenido.
Pero, por fin, ¡logró su diálogo con Biden!
Francisco Diez Canseco
(*) Presidente de Perú Acción
Presidente del Consejo por la Paz